miércoles, 11 de enero de 2012

Los divorcios y la crisis económica





Según esta nota aparecida en el Diario El Mundo (España) la crisis económica se está haciendo sentir hasta el punto en que muchas parejas deciden aplazar el divorcio porque no tienen medios para solventar los gastos que éste ocasiona: abogados, cuota alimentaria, etc. 
La cuestión es complicada, si tenemos en cuenta que una de las causas más habituales de discordia en la pareja es la falta de dinero. Cuando a fin de mes los números no cierran, es muy común que alguno de los dos le eche en cara al otro que no ha ganado lo suficiente o que ha gastado demasiado, o que se culpen mutuamente. Y si la situación se prolonga, hasta puede suceder que el conflicto termine minando la pareja y se produzca la separación.
Y digo separación, no divorcio, porque una cosa es separarse y otra muy distinta divorciarse, que es más caro y complicado: los abogados no trabajan gratis, y sin abogado, no hay divorcio posible.
Entonces, como suelen decir en el campo aquí, en Argentina, hay que "desensillar hasta que escampe". Bajarse del caballo y esperar que pase el aguacero. Postergar el divorcio hasta que pase la crisis.
Esa postergación obligatoria puede convertirse en una tortura, obligándolos a convivir con alguien a quien ya no quieren o no soportan. Sobre todo si no se busca, o se ofrece, la posibilidad de hacer una verdadera tregua, una tregua consciente, en la que ambos se comprometan a no molestarse mutuamente, a respetarse y a comportarse como personas civilizadas.
Pero en algunos casos, también puede ser una buena oportunidad para intentar salvar la pareja... y si esto sucede, el divorcio que no fue terminará quedando en el recuerdo, para formar parte algún día del anecdotario familiar: ¿Te acordás, vieja, cuando se nos ocurrió divorciarnos y no pudimos porque no teníamos un peso?

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